El coste de los deseos



Idea, entrevistas y fotografía.

¿Cuántas horas hay que trabajar para comprar un móvil cuando el sueldo no llega a cinco euros la hora? ¿Y cuántas para permitirse un viaje? A partir de estas preguntas se eligió a ocho trabajadores de diversas profesiones (médico, cocinero, personal de limpieza, guardia de seguridad...) y les pedí que posaran con sus uniformes de trabajo y un objeto que se hubieran comprado recientemente. Luego se hizo un cálculo de las horas que habían tenido que trabajar para comprarse ese objeto.
La comparativa era sorprendente y alarmante y ponía el foco en la precariedad laboral y los bajos suelos. 




El texto fue escrito por Stefanía Caro y publicado en La Vanguardia el 11 de diciembre de 2005:

"El coste de los deseos"

Llegan las fiestas navideñas, las grandes superficies y las principales vías comerciales se llenan de gente comprando regalos. Pero pese a esa imagen de opulencia y consumismo la verdad es que cada año nos sigue costando llegar a fin de mes. Después de fiestas, la cuesta de enero se hace mas cuesta arriba..
Según la encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística, del segundo trimestre de este año, el 54,70% de los hogares de este país manifestaron tener dificultades para llegar a fin de mes. Y sólo el 38,45% afirmó poder dedicar dinero al ahorro.

Cada cosa tiene un precio, pero los salarios en muchos casos no son equiparables al precio de la vida, ésta cada vez parece costar más.
Hemos pedido a nueve personas, de diferentes edades y de diferentes profesiones, que escojan un objeto que hayan comprado recientemente. Ellos y ellas han posado con él delante de la cámara, vestidos con sus uniformes de trabajo. Luego calculamos cuántas horas han tenido que trabajar para poderse comprar ese objeto.
Este es el resultado:


Mercedes: 45 anos. Almeriense. Servicio de limpieza en unos grandes almacenes. Donde no haya que limpiar.

4,5 euros significan para Mercedes más de veinte piezas de aseos públicos; cuatro euros y medio son sesenta minutos de agacharse y estirarse para recoger chicles, papeles y pelusas. Éste es su sueldo: cada hora de su trabajo se valora en 4,5 euros …Mercedes ya está sonando con tomar una cerveza mientras sobre la arena volcánica de Tenerife. Es negra, pero al menos no hace falta aclararla. El viaje cuesta unos 300 euros, pero, para ello, necesitará limpiar durante más de 60 horas. Lamentarse? Lo dicen los medios de comunicación, lo repiten las encuestas: “Mirad a los que no tienen trabajo, los que aún poseen menos. Lamentarse es una insolidaridad con los que no tienen ni siquiera para vivir.” Lo dice quien no necesita pensarlo.
Pero lo cierto es que realmente hace falta repetírselo cada día para levantarse a las cuatro de la madrugada y romperse los huesos recogiendo lo que no los demás no queremos ver mientras compramos, para llegar a casa y volver a limpiar…
En la playa no será necesario, allí el mar lo limpia todo


Carmen, 34 años. Asturiana, camarera en una chocolatería de Barcelona. Sueldo al mes: 700 euros, (6 euros por hora),

Suma de líquidos.
Carmen recibe 6 euros por cada hora, aproximadamente el valor de una caja de bombones. Y cada hora es una constante multiplicación de cafés y chocolates calientes y fríos que alguien contará por ella. Lo mejor es pensar que cada hora es un paso menos hacia sus vacaciones. Para ello debe ahorrar 600 euros, es decir 100 horas de sumar cafés, reponer cámaras, memorizar pedidos, pulir vasos, buscar la mínima oportunidad para sentarse y ,sobretodo, decir gracias sin a veces esperar respuesta.
Trabajar para el ocio de los demás tiene, no obstante, sus ventajas. Apenas hay malas caras y el ambiente es relajado. A diferencia de una empresa, Carmen sabe para qué fin trabaja. “Sí, pero agota” argumenta.
Afortunadamente, en vacaciones serán otros los que le sirvan a ella.

Nacho, 22 años, argentino, Auxiliar de Seguridad en un centro comercial.

Cuestión de pura matemática.

Si Nacho gana 540 euros, 3 euros por hora y quiere comprarse un discman de 100 euros, pregunta :¿cuántas horas ha tenido que trabajar para conseguirlo?
Solución: 30 horas, aproximadamente 1800 minutos de pasearse por unos grandes almacenes mirando gente que va y a veces viene, de hablar poco con los demás y mucho con uno mismo, de sospechar en ocasiones de quien aún tiene menos, de ser la fachada de algo en lo que no cree y, sobretodo, de mucho tiempo para hacer cuentas y cuentas.
La música es espiritual, pero no inmaterial, tiene un precio y hay que trabajar para ello. Por suerte, después de colgar el traje le esperan las guitarras rotas de los Rolling Stones en sus auriculares…ellos lo merecen todo


Quique, 29 años. Médico traumatólogo en el Hospital de Terrassa (Barcelona).

Vías de abordaje

Quique es médico, pronto cirujano ortopédico. Gracias a él muchos y muchas ya pueden andar mejor, recoger los libros de la estantería sin que la espalda les torture o, simplemente, llevar una vida aceptable que la naturaleza, por sí sola, no permitiría. Quique dedica el 80 por ciento de su vida en impedir que un problema físico nos impida ser libres para movernos.

La salud es un tesoro incalculable. Pero la realidad siempre es concreta y lo “incalculable” no significa necesariamente mucho dinero. Las matemáticas de Quique:
Trabaja en un hospital público 40 horas semanales fijas más unas 144 o 168 repartidas en jornadas de guardias de 24 horas, unas 6 o 7 al mes. Su sueldo fijo es de 850 euros al mes, al que hay que añadir 8 o 9 euros por hora de las guardias (el mismo importe por hora que recibe un funcionario medio del Estado.) ¿Compensa?
“Lo mejor de mi trabajo es que me encanta. Me divierto mucho
operando. Para mi es fascinante. Realmente no me imagino haciendo
otra cosa ni mucho menos otra especialidad. Siempre quise hacer
ortopedia y trauma. Bueno es duro…pero me
siento feliz. Me exige mucho tiempo, pero me siento realizado. Además
hay muy buen ambiente y con mis compañeros me llevo genial. Y esta es una de las mejores cosas de este hospital.”
Para ello ha estudiado 6 años más 1 o 2 de preparación al MIR, la competición más odiada por los médicos. Lo aprobó. Fue el primer paso. Después comienza la especialidad, que dura de 5 años. Quique está en el tercero, por lo que dentro de dos un papel le asegurará que ha cumplido formalmente su sueño.
De entre todos los objetos, Quique ha elegido un libro que, a pesar de su título, sirve de instrumento para su trabajo. Vías de abordaje de Bauer , “son los secretos de los “cortes” en las intervenciones quirúrgicas, cómo ir cortando” nos aclara. La colección de 6 libros cuesta unos 590 euros, lo que significan unas 73 horas de guardias. El tomo que lleva en la foto cuesta 180 euros por separado.
Sólo nos ha quedado preguntarle cuándo lo podrá leer.


Bea, 27 años, auxiliar de administración y celadora en un centro de la Seguridad Social (Esplugues del Llobregat, Barcelona) .

“Allí en cinco minutos“

Si usted necesita una ambulancia puede ser Bea la que le atienda al otro
lado del teléfono. Durante 40 horas, 5 días a la semana esta ex alumna de
Bellas Artes atiende a todos los que necesitan un servicio de urgencia
médica.
Las demandas son de todo tipo y a veces para seguir trabajando es necesario
olvidar que una aún tiene tripas y pasar a formar parte del aparato telefónico.
Por su trabajo Bea recibe 6 euros por hora. Dinero concreto, tangible y
con el que ha podido comprar un coche para ver a su novio, que vive en
Roquetas, a unos 30 km. de Barcelona.
Sólo el coche le costó 8.000 euros, paga 120 euros al mes (unas 20 horas de trabajo) y a ello hay que añadir la gasolina y el seguro que, trabaje o no un servicio de emergencia, hay que pagar por ser joven.


Carina, 20 años, argentina dependienta en un fast food.

Comida rápida, horas lentas.

El menú de oferta cuesta unos 5,60 euros, treinta céntimos más que lo
que Carina, argentina, 20 años, gana en una hora. Y ¿cuántos menús pone Carina
en una hora? Muchos. Los cálculos son fáciles: al total de las ventas sólo hay que restar el coste de los ingredientes, a imaginación de cada lector, y valorar la diferencia. Y de ahí deducir, quién gana y qué lugar ocupa Carina.
Multinacionales como Mc Donalds emplean en España unos 1700 personas, en su mayor parte procedentes del INEM, mayoritariamente extranjeras y con dificultades para entrar en el mercado laboral. Entrar es casi tan fácil como salir. Casi nadie dura más de seis meses. Sin posibilidad de sindicatos (en el mundo de la famosa M. están prohibidos), sin ascensos remarcables, sin incentivos sólo los aficionados al olor a grasa o los más necesitados permanecen.
Para el móvil que sostiene en su mano, de 80 euros, Carina ha trabajado 16
horas. Quizá ahora pueda responder “sí” un nuevo trabajo.



Marcos,33 anos mallorquín, coordinador de aviones, auxiliar de tráfico en el Aeropuerto del Prat.

Lo que dura un instante.
Los aviones son unos trastos inmensos que vuelan gracias a una mecánica casi milagrosa. Pero quienes trabajan para conseguir que el viaje se haga realidad cobran un sueldo bien tangible y quizás alejado de nuestras suposiciones.
Dar entrada y salida a aviones en el aeropuerto del Prat vale 6 euros por hora. Cada mes, Marcos gana 490 euros al mes. Deberá trabajar 300 horas para comprar una cámara fotográfica de segunda mano con objetivo que cuesta 1 800 euros. La recompensa: poder inmortalizar la duración de un instante. Al fin y al cabo,
Marcos conoce ya de sobra la importancia de cada segundo. Los aviones no entienden de pausas.


Jaime, 38 años, chileno afincado en España desde hace 11 años. Cocinero.

“No me gusta hacer comida, me gusta cocinar.” Así habla Jaime de su trabajo: la cocina. Lo que para muchos es tarea pequeña de cada día para él son 168 horas de trabajo al mes. Comenzó en la hostelería hace 11 años cuando llegó a España desde Chile. Entonces fue la mejor alternativa que encontró. Ahora se siente satisfecho: “Mi abuela decía que Dios sabe como hace las cosas. La verdad es que me encanta cocinar. Es una recompensa ver cómo los clientes cambian la cara y su ánimo cuando están en la mesa con uno de mis platos. Lo peor es que dedico tantas horas a esto que se hace rutinario, casi mecánico y pierdes la conciencia de lo que estás haciendo.”
Jaime recibe unos 1200 euros al mes. Aproximadamente la mitad del precio que le costó comprar una parcela en Chile, su tierra natal, por 4200 euros. Una oportunidad inimaginable en España: “La casa es de unos 6400 metros cuadrados en la mejor tierra cultivable de esa zona del país. Tiene doscientos pinos y varios árboles nativos. Se encuentra a cuarto de hora de la playa, 25 minutos del centro de Viña del Mar o de Valparaíso y una hora del aeropuerto de Santiago de Chile. Estoy muy contento”
Calculado en cifras laborales, la casa significan unas 600 horas de trabajo. Sin embargo, Jaime no ha batido ningún huevo para comprarla: “Ese dinero provenía de la parte que me correspondía de una casa que mi madre adquirió con muchos sacrificios y que pagó durante muchos años mientras vivía. Me parecía justo que el fruto de su esfuerzo no se destinara a un acreedor , por ejemplo, y que, por el contrario, fuera a parar a algo estable y seguro. Al fin de cuentas, ella la compró para conseguir estabilidad para sus hijos.” Una boa en medio del mar, una pequeña seguridad en un sistema en el que todo va y todo viene, porque al fin y al cabo: ¿cuánto duran en el bolsillo 7 euros, el dinero de una hora de trabajo? ¿cuánto tarda en desaparecer un filete con patatas del plato?
Lo permanente está en constante peligro de extinción.


Pablo 24 años, granadino. Dependiente en la sección de revelado de unos grandes almacenes.

Instantáneas para todos

Pablo trabaja en la sección de revelado fotográfico de unos grandes almacenes. Sus tareas: revelar, ensobrar y despachar a gente, que pregunta constantemente desde el precio de un carrete hasta dónde se encuentran los servicios, sin olvidarse nunca de sonreír. Lo último es fácil para este granadino de carácter alegre de 24 años que comenzó a estudiar publicidad en su tierra natal, pasó un año en Inglaterra y se mudó finalmente a Barcelona. .Una hora de trabajo son 5 euros y Pablo pasa 39 horas a la semana en los almacenes. A final de mes se hace con 770 euros y el día 1 se deshace más de la mitad en gastos básicos: alquiler, gastos, transporte. Vivir a veces se convierte en un lujo. Aun así, Pablo espera cambiar el ritmo „absurdo“ y retomar sus estudios de diseño gráfico en publicidad. Por ello, ha comprado un
ordenador PC de 1200 euros con el que alterar imágenes como las que cada día revela para crear una nueva realidad. El aparato han significado 234 horas de trabajo.


Estas fotos, esta tinta, el papel que tienen en sus manos, los diez minutos que está dedicando a este reportaje …todo esto se compra y se vende.
Vivir un día más son números y cuadernos de cálculo. Si es cierto que el
dinero no es un fin ,sino un medio, también es verdad que es el medio que hemos
creado para vivir en sociedad.

Comentarios

Entradas populares